Basta de versos con rima melodiosa y de sentimientos habituados en esta bitácora, que de una forma u otra pretendes entender.
Basta de pretextos inventados, de párrafos sin fin, de esperanzas apagadas y basta del tiempo que nos unió.
Que no se pierda en este texto el punto de mi idea y que me deje el insomnio expresar lo que siento. Diferentes vías, para diferentes viajantes. El vuelo a punto de partir y yo sin saber hacia adónde me dirijo.
Hoy no entenderás. Hoy ni lo intentaré. Pero es mi forma. Es mi desahogo. Es lo que mejor sé hacer en estos casos. Expresar con palabrería metafórica las oraciones sin completar de mi cabeza.
Me provoca intentar una vez más. Me provoca tener las mismas esperanzas. Me provoca no dejarte partir. Me sigue provocando la sensación de mi dedo pulgar al acariciar tu muñeca. Me provoca volver a ti. Me provoca volver a lo desconocido. Me provoca lo imperfecto del pasado. Y si, lo admito. Me sigue provocando.
Y es que volver a la rutina de lo ridículo... desaprender lo aprendido… volver a contarle al viento mis dilemas existenciales... Es en esta parte que me provoca volver a decirte que lo haría de nuevo sin pensarlo. Aunque, no seré la llave que abra la puerta a tu indecisión nuevamente.
Y siempre he sido así… tan susceptible en el amor.
Y siempre te tendré como un renacer. Porque en mi vida tú fuiste acorde mayor en una clave de sol.
Mi clave favorita.
Basta de pretextos inventados, de párrafos sin fin, de esperanzas apagadas y basta del tiempo que nos unió.
Que no se pierda en este texto el punto de mi idea y que me deje el insomnio expresar lo que siento. Diferentes vías, para diferentes viajantes. El vuelo a punto de partir y yo sin saber hacia adónde me dirijo.
Hoy no entenderás. Hoy ni lo intentaré. Pero es mi forma. Es mi desahogo. Es lo que mejor sé hacer en estos casos. Expresar con palabrería metafórica las oraciones sin completar de mi cabeza.
Me provoca intentar una vez más. Me provoca tener las mismas esperanzas. Me provoca no dejarte partir. Me sigue provocando la sensación de mi dedo pulgar al acariciar tu muñeca. Me provoca volver a ti. Me provoca volver a lo desconocido. Me provoca lo imperfecto del pasado. Y si, lo admito. Me sigue provocando.
Y es que volver a la rutina de lo ridículo... desaprender lo aprendido… volver a contarle al viento mis dilemas existenciales... Es en esta parte que me provoca volver a decirte que lo haría de nuevo sin pensarlo. Aunque, no seré la llave que abra la puerta a tu indecisión nuevamente.
Y siempre he sido así… tan susceptible en el amor.
Y siempre te tendré como un renacer. Porque en mi vida tú fuiste acorde mayor en una clave de sol.
Mi clave favorita.
